Los jóvenes son el futuro de la sociedad, y éste dependerá de cómo se desenvuelvan ahora. El acceso a una vivienda es el eje esencial que permite el desarrollo de su ciclo vital, por ello, la situación actual es inmensamente desventajosa para los menores de 35 años.
La posición laboral de los jóvenes es el principal desafío al que se enfrentan. La tasa de desempleo juvenil es la segunda más elevada de la eurozona y está conformada por una precariedad laboral constante, colmada de contratos temporales y rebosante de inestabilidad profesional, lo que encamina a los jóvenes a retrasar, todavía más, su edad de emancipación.
Los salarios tampoco han crecido al mismo ritmo que el de la vivienda, que en este último año ha mostrado el mayor encarecimiento que se recuerda desde la burbuja inmobiliaria de 2007. La acentuada escasez de oferta tanto en compra como en alquiler conduce al precio de la vivienda a un tensionamiento muy abultado. A pesar de los obstáculos, los jóvenes exhiben su audacia y optimismo ante los cambios y son el colectivo que más interactúa con el mercado elevando su esperanza de ser propietarios en los próximos cinco años. No obstante, los cambios en la política monetaria europea con la subida de los tipos de interés, la crecida inflación y las intervenciones legislativas en el mercado español han situado los niveles de inaccesibilidad de los jóvenes en las cotas más altas de la historia. La participación de los menores de 35 años en el mercado de la vivienda cae en picado al no poder hacer frente a los nuevos precios de los inmuebles, dejando entre ver la vulnerabilidad de este colectivo, de rentas bajas y de situación financiera inestable.
Otra de las evidencias sociológicas más relevantes que ejemplifica un cambio de ciclo tras el impacto de la pandemia es que en los dos ejercicios anteriores, el impulso que generaba el interés en buscar vivienda a los jóvenes era mejorar la calidad de su vivienda actual. Sin embargo, ahora, una de las necesidades más básicas de su ciclo vital que promueve el cambio de inmueble es vivir en pareja.
Precisamente, la transformación del modelo de sociedad también se refleja en este análisis en el descenso del porcentaje de familias jóvenes, en el aumento de quienes se divorcian. De hecho, se estima que, en los próximos 20 años, el 30% de los hogares sean unipersonales y que el 50% de las familias sean monoparentales o no tengan hijos. Por lo que las cuestiones de baja natalidad también están relacionadas con el acceso a la vivienda de estos menores de 35 años.
Para Fotocasa, el compromiso con los jóvenes es una prioridad, por ello, son uno de los colectivos por los que apostamos en Proyecto Vivienda. Una iniciativa social que pretende ayudar a los jóvenes en su acceso a la vivienda reduciendo las desigualdades económicas, urbanas y sociales existentes y que cada vez resultan más notorias. Un compromiso sostenido en el tiempo que pretende mejorar la sociedad del futuro.