El precio de la vivienda cierra el 2022 no solo con el incremento más alto del año, sino con la cifra más elevada registrada en un mes de diciembre de los últimos 17 años. Este aumento anual de la vivienda de segunda mano es del 7,5%, casi dos puntos por encima del posicionamiento de la inflación (5,8%) en este pasado ejercicio.
Lo cierto es que -salvo la tasa de cierre de 2021 (6’5%) a raíz de la pandemia-, no se sufría una inflación tan elevada desde 1990. El aumento de los bienes y servicios ha afectado al mercado de la vivienda en su totalidad, y prácticamente al mismo tiempo, ya que tanto venta como alquiler comenzaron a presentar subidas a partir del segundo trimestre del año. Sin embargo, no han crecido al mismo ritmo. Mientras el alquiler inició una escalada con variaciones abultadas desde el principio, el comportamiento de la venta fue muy sosegado durante el primer semestre del año, en el que mostraba aumentos moderados por debajo del 3,5% interanual.
Es a partir de la primera subida de tipos de interés, ejecutada por el Banco Central Europeo (BCE) en julio, cuando el precio de la vivienda comienza su ascenso más significativo. El cambio en la política monetaria causa la subida récord del Euríbor y el mayor encarecimiento de las hipotecas de los últimos 20 años. El coste de la financiación bancaria se está endureciendo y los créditos se encarecen, lo que afecta a más del 60% de los compradores que se disponen a comprar una vivienda.
Sin embargo, lejos de frenar la demanda por completo, lo que se detecta en el mercado es un aceleramiento por comprar y un aumento del interés de los ciudadanos mayor. La intención es clara: intentar sortear las subidas de los tipos y obtener un préstamo hipotecario con un interés lo más rebajado posible. La sociedad ha vivido una especie de “ahora o nunca” en relación a la adquisición de un inmueble. Por ello, en el último trimestre del año, se ha activado la demanda de compra de vivienda de forma robusta, lo que ha impulsado el tensionamiento de los precios desembocando en incrementos del coste de la vivienda superiores al 7%.
Aun así, en 2023 se espera que el precio vuelva a la senda estable, como la que presentaba al comienzo del 2022. A medida que el Euríbor siga aumentando, el enfriamiento de la demanda cambiará la tendencia y podrá provocar enfriamiento en determinados mercados por lo que es probable que asistamos a correcciones de precios durante 2023.
En este informe del Índice Inmobiliario Fotocasa se analiza en profundidad el comportamiento del precio en el mercado residencial más activo y en el año en el que se cerrarán, presumiblemente, más de 600.000 compraventas. Un ejercicio será recordado como el año dorado del inmobiliario, en lo que a número de transacciones se refiere, tras el boom de 2007.
María Matos
Directora de Estudios y Portavoz de Fotocasa