A punto de que se cumpla un año de descensos continuados en el precio del alquiler, nos encontramos ante la mayor transformación del mercado de las rentas de los últimos seis años. Un cambio de rumbo que no se producía desde 2015, ya que, desde entonces, el coste de los alquileres fue creciendo progresivamente hasta incrementarse un 41% en la tasa acumulativa.
Desde principios de 2021, el alquiler ha presentado un cambio de tendencia total con caídas muy pronunciadas -de hasta un -15% interanual en ciudades como Madrid o Barcelona-. Incluso ha sufrido la mayor bajada de la última década, con un -6,1% interanual en octubre, lo que significa el mayor descenso registrado desde noviembre de 2011 (-6,4%). Esta alteración es propiciada por la caída de la demanda en las zonas más céntricas de las grandes ciudades, y el debilitamiento en la participación de las franjas de edad más maduras, que han reducido su interacción con este mercado, lo que ha provocado la moderación y regulación de los precios de manera natural.
La caída del alquiler ha marcado claramente el 2021 y seguirá siendo la tendencia para la entrada de 2022, ya que en febrero cumpliremos los 12 meses consecutivos de desaceleración del precio del alquiler en España. Una circunstancia que impactará en los bolsillos de los ciudadanos y que ayudará a mejorar su accesibilidad a la vivienda en las zonas tensionadas después de años de intensas subidas.
No podemos olvidar, que la gran problemática que tiene este sector es la falta de vivienda en renta, la principal responsable de que las zonas más céntricas de las ciudades presenten precios altos y se encuentren tensionadas. En la actualidad, solo el 24% del parque de viviendas en nuestro país es de alquiler, y el 76% restante son viviendas en propiedad. De hecho, nuestra oferta de vivienda en alquiler aún está lejos de la media europea, que se sitúa en el 34%.
Por ello, para que el alquiler continúe siendo uno de los pilares fundamentales del mercado de la vivienda es preciso que las políticas y medidas aplicadas a este mercado ofrezcan seguridad jurídica a propietarios y protección a los inquilinos de igual manera. Se hace necesaria la colaboración público privada, a través de la cual se amplíe el parque público de vivienda en alquiler, mediante el fomento de la puesta de inmuebles en el mercado y el aumento de vivienda social y asequible. Son cuestiones que resultan cruciales para crear un clima de estabilidad.
Esta transformación de los precios del alquiler a la baja probablemente continúe mientras la demanda no se erija fuertemente de nuevo, pero si queremos que se mantenga en el tiempo, se debe transmitir confianza por parte de la administración pública, ya que es un mercado muy volátil frente a los cambios.
María Matos
Directora de Estudios y Portavoz de Fotocasa