2025-09-15T12:17:06+02:0018 septiembre 2025|

El acceso a la vivienda de los jóvenes es una de las cuestiones más urgentes a las que nos enfrentamos como sociedad. Detrás de cada joven que quiere emanciparse y no puede, que busca una vivienda y no la encuentra, que intenta comprar, pero no llega… hay un proyecto de vida aplazado. Y eso tiene consecuencias que van mucho más allá del ámbito residencial.

Los menores de 35 años son el colectivo que más interactúa con el mercado de la vivienda y, al mismo tiempo, quienes más intensamente sienten los efectos de la crisis habitacional. Sus tasas de emancipación siguen cayendo y se alejan cada vez más de la media europea. Su capacidad de ahorro es insuficiente para dar el paso de comprar y el alquiler se ha convertido en una losa que, en algunos casos, absorbe hasta el 80 % de sus ingresos.

Para los jóvenes los obstáculos estructurales del mercado de la vivienda se agravan: los precios siguen al alza, la escasez de oferta disponible se acentúa y la tipología de los inmuebles no se adapta a sus necesidades. Lo que vemos es una generación que empuja, que quiere avanzar, pero que se encuentra con un mercado cada vez más inaccesible. Muchos lo intentan, pero no lo consiguen. Otros ni siquiera llegan a planteárselo.

Aun así, y pese a este escenario poco alentador, hay señales que muestran que los jóvenes no han perdido la esperanza. Siguen considerando ser propietarios como una prioridad. Siguen asociando la vivienda con estabilidad económica y con una vía para construir patrimonio. Y siguen confiando en que podrán acceder a ella, aunque sea a medio plazo.

Este informe nos permite comprender mejor esta realidad, pero también es una invitación a actuar. Porque si los jóvenes no pueden acceder a una vivienda, no estamos solo ante un problema económico o inmobiliario, estamos comprometiendo el futuro de una generación entera y, con ello, el futuro de todos.

María Matos, directora de Estudios y Portavoz de Fotocasa.