La evolución del precio de la vivienda en 2024 ha estado marcada por subidas, pronunciadas a un ritmo apresurado, que consolidan la tendencia alcista iniciada en 2022. Con un incremento anual del 8,4%, este año se ha registrado el mayor aumento de toda la serie histórica del Índice Inmobiliario Fotocasa, que data de 2005.
Este encarecimiento, con un pico interanual del 9,6% en noviembre, ha situado el precio medio del metro cuadrado en España por encima de los 2.380 euros. Aunque a nivel nacional los precios siguen un 19% por debajo del máximo alcanzado en 2007, regiones como Baleares, Canarias y Madrid, junto con diez capitales de provincia, ya han alcanzado récords históricos. Este fenómeno refleja un mercado tensionado, donde el desequilibrio entre la oferta limitada y una demanda cada vez más sólida, particularmente en áreas con gran crecimiento poblacional y atracción turística, presiona los precios al alza.
La bajada de los tipos de interés impulsada por el Banco Central Europeo en la segunda mitad del año, que ha provocado la mayor caída del Euríbor en una década, ha actuado como catalizador para que la demanda que había paralizado el proceso de compra vuelva al mercado. Este contexto, con hipotecas más asequibles, hace que el interés por comprar se intensifique y que la demanda se encuentre en máximos de manera generalizada. De hecho, el precio de la vivienda aumenta en el 90% de las provincias españolas.
A pesar de las subidas sostenidas, el panorama actual dista de ser una burbuja inmobiliaria, dado que el sector bancario opera con mayor prudencia y bajo estrictas normativas económicas. Sin embargo, sí que el mercado comienza un punto de inflexión en el que la producción de vivienda (en torno a 100.000 visados de obra nueva) no puede absorber el ritmo de creación de hogares (casi 300.000 anuales), por lo que el calentamiento del precio será la tónica que continúe en el próximo año 2025.
En este informe del Índice Inmobiliario Fotocasa se analiza en profundidad el comportamiento del precio en el mercado residencial más activo y en el año en el que se cerrarán, presumiblemente, más de 650.000 compraventas. Un ejercicio que será recordado como uno de los mejores del inmobiliario, en lo que a número de transacciones se refiere, tras el boom de 2007.