El mercado de la compraventa vuelve a atravesar uno de sus momentos más transformadores debido al asentamiento del nuevo ciclo en la política monetaria con las diez subidas de los tipos de interés en apenas un año. El impacto en el sector inmobiliario y en el mercado de la vivienda ya es sólido. En el primer semestre de este ejercicio se detecta una ralentización del volumen de compraventas en relación con los dos años anteriores, aunque las cifras todavía son superiores a las registradas en prepandemia, lo que indica que la reducción está siendo paulatina y resiliente.
Lo mismo sucede con el principal motor que empuja el mercado: la demanda de compra. Su comportamiento ha estado ligado al agudo encarecimiento de los préstamos hipotecarios provocando una moderación en la demanda de adquisición de vivienda. Sin embargo, aun con este retroceso, las cifras de participación de particulares en el mercado de la compra (14%) están por encima de los años previos al impacto de la Covid-19 (13%). Por lo que la demanda continúa activa e intensa a pesar del endurecimiento del acceso hipotecario.
Otro de los factores que ha provocado una expulsión del mercado de los colectivos menos solventes o vulnerables, ha sido el aumento del precio de la vivienda que, debido a un efecto rebote de la subida de los tipos, ha marcado las mayores variaciones del precio -con crecimientos del 10,8% interanual- desde el 2006, similares a cuando el mercado comenzó a calentarse previo a la burbuja de 2007. Esta circunstancia ha agravado la dificultad de compra de las rentas más bajas. De hecho, este informe refleja cómo el perfil con un nivel socioeconómico alto se refuerza, mientras el de las clases medias que pretenden acceder a la compra pierde peso.
La fórmula de equilibrio del mercado sigue siendo la misma. La ampliación de la oferta de vivienda disponible ayudaría a reducir el gap entre compradores y vendedores, estabilizaría los precios y evitaría encarecimientos mayores para desarrollar un mercado sostenible y acorde con las necesidades habitacionales. Aunque de momento, esa realidad se encuentra bastante alejada, las dificultades existentes para aumentar la oferta de vivienda por parte de la administración y en conjunto con el sector privado, van a marcar el futuro en los próximos ejercicios.
A pesar de las adversidades, el mercado continúa dinámico y vigoroso. El año 2023 cerrará con datos de compraventas muy positivos, por encima de las 500.000 operaciones, lo que significará un gran año para el inmobiliario. La demanda aumentará y se restablecerá en cuanto los tipos de interés tiendan a la estabilización, debido a que el interés por comprar permanece muy latente en el mercado. Por lo que nos encontraremos frente a un mercado todavía más reforzado y que tendrá que seguir dando respuesta a una de las mayores tendencias surgidas hasta ahora: la inversión.
Con este estudio, Fotocasa profundiza en la experiencia de la compraventa mostrando los cambios que ha atravesado este mercado desde el punto de vista tanto del comprador como del vendedor. Asimismo, pone de relieve los desafíos y obstáculos que surgen a la hora de convertirse en propietario.